lunes, enero 28, 2013

El fraude implícito

La reacción de muchísimas personas cuando conocieron los resultados de las elecciones en Venezuela me produjo una tremenda sorpresa, seguida de un tremendo desconsuelo. ¿De modo que esperaban que Chávez saliera a reconocer su derrota y a darle la mano humildemente al vencedor? Alguna vez leí una entrevista a un director de cine documental que asegura que en cuanto se pone a cualquier persona corriente a hablar cinco minutos seguidos delante de una cámara se comprueba que está completamente loca. Aunque el caso de la esperanza de superación del chavismo por una victoria electoral en unas elecciones claramente reñidas no hace pensar en la locura sino en algo peor.

Pacientemente he leído muchos argumentos en los que se trata de demostrar que hubo un fraude, cosa que me resulta tan inquietante como la esperanza insatisfecha de ver salir a Chávez avergonzado por haber perdido el fervor popular. ¿Cómo se puede participar en unas elecciones en las que no puede haber evaluación de los votos por los que discrepan del gobierno? Hay algo de la configuración de esos cerebros que me resulta muy oscuro a mí. Me dan ganas de proponerles jugar a cara y sello por internet. Me pagan por Paypal, yo tiro la moneda y les cuento cuál es el resultado. A los más desconfiados les hago un video.

Todavía hay otros que buscan recursos de fraude más sutiles, como si estuvieran delante de un mal gobernante que hace alguna trampita para quedarse en el poder y robar algo con sus amigos. Pero no, no ciertamente porque no roben, sino porque los atropellos del dictador han ido muchísimo más lejos de un fraude electoral y uno se queda pensando cómo entenderán la historia, la sociedad y la política esas personas. Terminarán despreciando a Hitler por el ridículo mechón con que se tapaba la calvicie o acusando a Alfredo Garavito de hurgarse la nariz y comerse su contenido.

Bueno, si Chávez pudiera perder las elecciones por un margen amplio sencillamente las suspendería porque para eso tiene a sus milicias y todo el poder concentrado. Eso le generaría problemas y riesgos, pero ¿quién no juega una carta que de todos modos le puede dar resultados si la alternativa es perder? Huiría hacia adelante y el candidato opositor resultaría acusado de terrorismo como Peña Esclusa, o de cualquier delito parecido, o de pedofilia o cualquier disparate. O un espontáneo lo mataría y obligaría a suspender las elecciones, como hacen sus socios colombianos con los críticos. Acusarían a los paramilitares colombianos, ansiosos de sabotear las elecciones para justificar una agresión del imperio, al tiempo que sacarían a las milicias de que habla Vargas Llosa para intimidar a los responsables del magnicidio.

De modo que el fraude en el conteo de los votos es sencillamente inconcebible porque sería como regalarle a la oposición una prueba que la legitimaría en todo el mundo. ¿Para qué iba a hacer eso? No puedo entender la forma de razonar de los que temen esa posibilidad. Mucho antes de hacer un montaje judicial evidente o encargar un asesinato, Chávez tendría muchas posibilidades de asegurarse la elección comprando votos. Andrés Oppenheimer señalaba en un escrito de 2011 que los ingresos petroleros de Venezuela desde que Chávez está en el poder eran de unos 700.000 millones de dólares. Ante la perspectiva de perder el poder, ¿por qué no se iba a gastar una milésima parte de esa cantidad en comprar votos? Supongamos que invirtiera eso, 700 millones, para ganar la elección. ¡Estaría pagando 700 dólares por cada voto para conseguir un millón! Dudo mucho que tuviera que gastar tanto. Un millón de votos directamente comprados le habrían costado más bien una décima parte de esa cantidad, una diezmilésima parte de lo que ha ingresado Venezuela desde que él llegó al poder.

Claro que respecto de los colombianos yo siempre estoy preparado para escuchar cualquier réplica. Como Diógenes salía con una lámpara buscando hombres honestos para indicar que no los había, así uno necesita estar siempre previendo la muestra más increíble de mala fe, a la que siempre acompaña la ignorancia. No faltará el que siente su voz de protesta por esa transgresión a la ley, como suponiendo que Chávez es un demócrata del que se puede discrepar pero que en último caso se avendrá a razones. ¿Nadie les ha dicho que realmente no hay ningún control de los gastos del gobierno venezolano? Claro que hay burocracia, como en Colombia, pero nadie puede decir dónde está cada dólar de los que ingresa el gobierno, por no hablar de que el dinero podría provenir de otros gobiernos o de las organizaciones de traficantes de cocaína protegidas por Chávez. ¿Alguien controla realmente las exportaciones de petróleo a países amigos?

Pero ojo, yo no estoy diciendo que Chávez haya comprado los votos, basta con pensar en las encuestas para ver que realmente no hubo nunca una mayoría clara que apoyara a Capriles. Había una tendencia en los últimos días, pero para que las encuestas representen a una sociedad tendría que haber verdaderas libertades y control de los recursos. Las encuestas reflejan la opinión, por ejemplo en un edificio de clase media baja hay diez familias, pongamos con 40 posibles votantes. El encuestador escoge al azar una casa, en la que el marido votará por Capriles, como otros cinco de los maridos, mientras que de las esposas sólo cuatro votarán por Capriles. Los demás posibles votantes son menos entusiastas, pero suponiendo que los jefes de familia sean gente de cincuenta años, siempre estarán más prestos a contestar. Al seleccionar la casa al azar sale una posibilidad más alta de que voten por Capriles, y hay que contar que los apolíticos no contestan. Pero en la casa del único paniaguado de ese edificio todos votarán por Chávez, y arrastrarán a votar a otros parientes, amigos, etc. El amigo que se ve presionado el día de la elección y finalmente vota por Chávez no contestó en la encuesta que votaría por Chávez, ni siquiera la contestó. Al final en el edificio la encuesta tiene un 60 % de probabilidad de ser favorable a Capriles, pero el día de la elección, de los 40 votan 30, 20 por Chávez. ¿Habrá quien se dé cuenta de que según señala Vargas Llosa PDVSA pasó de 32.000 empleados en 1998 a 105.000 ahora, para producir un millón menos de barriles? Así es todo el Estado. Son millones de empleados cuyo verdadero trabajo es el activismo chavista.

La victoria de Chávez era una obviedad y así se lo hice saber en privado por ejemplo a Jorge Monroy. Aunque las encuestas le hubieran dado claramente 5 puntos de ventaja a Capriles, siempre quedaría el efecto de las presiones de los paniaguados. Pero es que no hubo tal ventaja, al contrario, la mayor parte del tiempo hubo ventaja de Chávez. Para que la inversión de cientos de millones de dólares en compra de votos hubiera sido necesaria, harían falta muchos más puntos de ventaja de Capriles. Tampoco estoy diciendo que no haya habido tal cosa, sólo que era obvio que Chávez no estaría hoy haciendo su maleta para pensionarse. Lo ha dicho repetidas veces, se morirá en el cargo.

Y lo que no quieren entender es que Chávez cuenta con mucho apoyo. Realmente expresa los valores profundos del país, cuyos ciudadanos siempre se han sentido menospreciados por los europeos y norteamericanos pese a que podían comprar los mismos bienes que ellos y a que muchos italianos, españoles y portugueses iban a su país a prosperar. La reducción de la pobreza es innegable, y el control de los medios que llegan a las mayorías humildes hace que la gente sea impermeable a las razones de los críticos. Al venezolano del barrio, del rancho, etc., no lo convencen, por razonables que nos parezcan, unos políticos que quieren sacar a su protector, el que los atiende y los halaga. Y ciertamente no entiende que la inflación es el resultado de imprimir demasiados billetes y no de la perversidad de los tenderos y fabricantes.

La oposición tiene algunas bazas potentes, como el rechazo a la dominación cubana o al tráfico de cocaína, pero lo que es la mentalidad típica del venezolano la encarna mejor Chávez, y es que no confundirse con esa clase de riqueza requeriría sociedades mucho más maduras. Un señor que se gane el Baloto puede convertirse en un empresario respetable y proveer honra a su familia, pero lo más probable es que se dedique a pagarse placeres con ese dinero y termine degenerando mucho antes que cuando era pobre. Hay países avanzados que exportan grandes cantidades de recursos naturales, como Noruega, Canadá o Australia: son la excepción, la norma es que en las naciones ricas sin esfuerzo ni desarrollo previos reinen la rapiña y la violencia, sin que haya verdaderas esperanzas de cambiar eso en el corto plazo. La cuarta república fue sólo el prólogo del chavismo. Y nunca tuvo tanto dinero.

Dos enseñanzas muy importantes, desde mi punto de vista. La primera es que teniendo en cuenta que el chavismo no se irá por las buenas ni con una mitad de la opinión en contra, la campaña de Capriles se puede considerar un gran éxito. Consiguió casi seis millones y medio de votos y movilizó a cientos de miles de manifestantes. Es el germen de una resistencia sólida contra la dictadura, ojalá consiga mantener agrupados a los antichavistas. Ojalá salgan del ensueño idiota de creer que viven en una democracia que se extravía y que basta con que ellos opinen y voten para que se vaya el tirano. La mayoría que permitirá acabar con el chavismo tiene que ampliarse, para lo que falta una dilatada labor de pedagogía, denuncia, organización, etc. El antichavismo no ha perdido nada que pudiera realmente ganar, otra cosa es soñar.

La otra enseñanza tiene que ver con Colombia: eso mismo pasará en las elecciones de 2014. Es decir, que podría haber una buena mitad de ciudadanos hartos de Santos, pero ni remotamente impedirán que el socio de las FARC gane en primera vuelta, debido a las lealtades que el petróleo y las demás riquezas naturales producen. Bueno, esta frase no es afortunada: lo que quiero decir es que Santos ganaría en primera vuelta AUNQUE hubiera una mayoría de opinión en contra de su régimen. Ciertamente no la hay ni la habrá. Más ilusos que todos los engañados de que he hablado en este post son los que creen que lo será el uribismo. Los enemigos de Uribe en 2010 resultan hoy personas respetabilísimas comparadas con los líderes de los partidos "uribistas", como el presidente de la Cámara de representantes (ver video bloqueado en YouTube y Vimeo, donde se lo oye diciendo que es mejor tener a Timochenko en el Congreso que repartiendo bala), o como el fiscal del que decía José Obdulio Gaviria que con él volvía el derecho (que tranquilamente invoca el ¡derecho a la paz! como algo superior al deber de castigar los crímenes contra la humanidad). De hecho, casi todos los uribistas de relieve son partidarios de negociar las leyes con las FARC. Casi el único que no se ha mostrado a favor de los diálogos es el propio Uribe, que sigue apegado a Martha Lucía Ramírez o a Juan Carlos Vélez como hace unos meses estaba apegado a Roy Barreras.

(Publicado en el blog País Bizarro el 10 de octubre de 2012.)

lunes, enero 21, 2013

El porvenir

¿Qué pasará en Colombia en los meses venideros? No es muy difícil preverlo, la infame negociación de Santos con las FARC avanzará sin ninguna resistencia y le abrirá el camino al presidente al Nobel de la Paz, que le podrían dar este mismo año. No hay que olvidar que a Obama se lo dieron sin ningún mérito, ni que se lo han dado a personajes más explícitamente criminales que él, como Rigoberta Menchu o Adolfo Pérez Esquivel. El que considere disparatada esa idea puede recordar que un alto funcionario noruego reconocía que entre los candidatos de 2011 estaba la misma Piedad Córdoba. Incluso es posible que esté acordado con la mediación del siniestro Jan Mengeland.

El Nobel, altamente probable, sea en 2012 o en 2013, le abriría a Santos el camino para gobernar CON las FARC, que es lo que claramente se propone. De repente, gracias al complejo de inferioridad de los colombianos, ese reconocimiento a un político local lo hace enormemente popular. Los profesores de la Universidad Nacional que escriben en la prensa decían que los patriotas deberían alegrarse si se lo dieran a Piedad Córdoba. Es decir, Santos tiene casi asegurado un triunfo en primera vuelta en 2014.

Su obvia ventaja es que no tiene oposición. ¿Alguien ha oído hablar de algún partido que se oponga a la negociación? Yo no. Tampoco el señor Uribe, que señaló una lista de sus aliados, todos los cuales se han declarado partidarios de la negociación. Un tanto patético Óscar Iván Zuluaga, que después de considerar que en el primer año el gobierno lo hizo muy bien pese a la lista impresionante de infamias, ahora resulta encontrando "prematura" la negociación, es decir, haciéndole una crítica constructiva, toda vez que no se le ocurre que negociar las leyes con criminales es abolir la democracia.

Hay gente que está abiertamente con Santos y gente que cree que está en contra. A mí me parece que el segundo grupo es peor. Los motivos de su descontento son las querellas en torno a Angelino Garzón o los tres ceros del peso. Condenan al gobierno pero pertenecen a los partidos que lo sostienen y con unas tres o cuatro excepciones llaman "paz" como las "negociaciones de paz".

El 14 de octubre hay un "Encuentro Nacional de Víctimas de las FARC" al que convocan las propias FARC, pero que promueven los supuestos críticos de Santos con tremendo entusiasmo. Entre los convocantes está nada menos que una víctima muy significativa: ¡Sigifredo López! ¿Alguien se imagina que el señor Uribe o siquiera el más insignificante de sus "alfiles" denunciaría ese acto? En 2010 el exdiputado fue candidato al Senado con el apoyo de Uribe, no faltaría más sino que ahora viniera el expresidente a reconocer que se equivocaba, que puede equivocarse. La segunda reelección y la recomendación de votar por Santos y por la ristra de hampones del PSUN y el Partido Conservador son otras deudas que tiene Colombia con él. De hecho, ¿por qué no pensar que ese pobre exdiputado puede ser un candidato uribista para 2014? Da la talla, es apenas un poquito peor que Angelino Garzón, y es apuesto. (Publicado en el blog País Bizarro el 7 de octubre de 2012.)

jueves, enero 17, 2013

#ElMundoConChávez


La eclosión de internet permite ciertamente la expresión ciudadana y reduce el poder de los dueños o gestores de los grandes medios, pero también premia a las minorías organizadas, como ocurre en Colombia con el populoso sicariato de las redes sociales, generosamente pagado con el dinero de la cocaína y la extorsión, generosamente provisto de empleos públicos en los que el verdadero "trabajo" es opinar contra el uribismo gracias a la "prosperidad" de Santos, consistente en gastarse el dinero del petróleo en comprar apoyos, y también generosamente premiado con inclusión, aplauso y buenas calificaciones para los universitarios complacientes con la ideología de sus profesores. Por eso un tonto error de digitación de Uribe se vuelve trending topic en Twitter mientras que miles de asesinatos de los terroristas socios de Santos no aparecen nunca como algo de lo que merezca la pena hablar.

Eso ha ocurrido con el hashtag #ElMundoConChávez, que fue trending topic mundial durante muchas horas: miles de personas lo habrán promovido, aparte de los empleados estatales venezolanos, bolivianos, ecuatorianos, argentinos, nicaragüenses y colombianos, muchísimos antiamericanos de otros países, descontentos del sur de Europa, radicales de los países árabes, etc. Esa fama del presidente venezolano, derivada de sus extravagancias y sus inversiones en apoyar a toda clase de  movimientos radicales, puede hacer creer a muchos en Venezuela que en el resto del mundo hay simpatías por su revolución, cosa que ocurre entre minorías insignificantes, más cuanto más civilizado sea el país.

Pero incluso podría pasar que hubiera tales simpatías. De todos modos, quienes eligieron a Chávez y quienes han tenido que sufrirlo han sido los venezolanos. No todos, pero obviamente la mayoría han sido incapaces de unirse para sacarlo del poder. La verdad es que en el registro mundial de personajes públicos y de países Hugo Chávez es todo un hito: amigo de Sadam Husein, de Gadafi, de Asad, de Ahmadineyad, de Lukashenko, de los Castro, del Chacal, de las FARC... ¿Qué puede haber pasado para que un personaje de ese estilo haya sido elegido varias veces por los venezolanos para presidir su país? Sólo es un criminal y la seducción que pueda ejercer no excusa a sus cómplices, ¿o alguien daría un peso por los nazis? Comparar a los chavistas con los nazis es injurioso para los nazis, sobre todo porque como potencia capaz de dominar la Europa central y occidental Alemania se sentía capaz de dirigir el mundo, y no todos los nazis sabían siquiera que se ponía en práctica la "solución final", mientras que los chavistas ya saben cómo terminan en la historia los criminales pero por servilismo y deformidad moral acompañan a su cabecilla en su carrera criminal.

De modo que votar por Capriles no es una opción como cualquier otra sino un deber equivalente a salirse de un charco de excremento. No va a quedar impune el que no lo haga por pensar por ejemplo que de todos modos ganaría Chávez gracias a los votos comprados o al fraude: es una cuestión personal, aunque fuera una minoría la que votara por Capriles, los responsables de esa mancha de crimen en la historia de Venezuela no serían menos despreciables por ser muchos. El crecimiento del precio del petróleo, fruto de la expansión de la demanda asiática, fruto del crecimiento tremendo de ese continente, fruto del esfuerzo productivo de sus ciudadanos, le ha permitido al tirano comprar innumerables apoyos sin que la destrucción del tejido productivo venezolano arrastrara al país a la hambruna, como habría ocurrido sin esos precios. Ninguna persona recta puede pasar por alto la destrucción del aparato productivo y de las instituciones, la incapacidad de controlar el gasto de los recursos comunes, la implantación de una cleptocracia ligada a la cocaína colombiana y a las bandas terroristas que la dominan, el derroche de recursos en apoyar a los tiranos de otros países, la entrega de Venezuela al aparato estatal cubano... No es una apuesta cualquiera sino la elección simple entre el bien y el mal, entre la libertad y la tiranía, entre la democracia y la opresión totalitaria.

No depende del resultado ni de lo que hagan otros, porque cada cual habrá optado por el mundo que quiere.

Si al final del recuento ganara Chávez, eso impediría sacarlo del poder, pero no legitimaría el régimen venezolano como una democracia, pues allí donde los recursos públicos se usan para promover el odio, el sectarismo y el adoctrinamiento no hay democracia, menos cuando la corrupción es sencillamente la norma. Y el poder judicial está sometido al ejecutivo y aplica cuanta persecución política le encarguen. En la Venezuela de Chávez la vida no vale nada porque los atracadores son parte de la base social del régimen y hacen con los transeúntes lo que hace el dictador con el erario.

Millones de colombianos quisiéramos una amplia integración con Venezuela, para intercambiar bienes y servicios, para mejorar el nivel de vida general. Chávez espera la ocasión de seguirse armando en busca de una guerra que le dé el dominio sobre la región. Ningún colombiano de origen puede ayudar al que financia a quienes matan a sus compatriotas y amenaza al país.

(Publicado en el blog País Bizarro el 6 de octubre de 2012.)

sábado, enero 12, 2013

Apartheid

La comparación entre Colombia y Sudáfrica ha aparecido varias veces en los medios. Primero en un artículo de la líder terrorista Natalia Springer y después en la carta de Desmond Tutu. En esa versión, las FARC vendrían a ser como el correlato local del Congreso Nacional Africano, cosa que escandaliza a muchos que, como Eduardo Mackenzie, las ven como una minoría aislada que amenaza a una democracia poco menos que ejemplar.

Y no obstante la comparación es muy apropiada. Se trata de territorios remotos respecto de las metrópolis europeas conquistados por gente de ese continente que sometieron a los nativos a condiciones próximas a la esclavitud. Tras siglos de situación colonial, los descendientes de los conquistadores crean un nuevo Estado pero mantienen la dominación sobre la mayoría de la población y tienen a su servicio la máquina estatal que les permite conservar la hegemonía sobre las rentas.

Es decir, salvo algunos matices ocurre lo mismo. El principal matiz es el nivel moral e intelectual de los descendientes de los holandeses y británicos que se asentaron allí comparado con el de los españoles que conquistaron a Colombia, otro es la facilidad de la exclusión por la ausencia de mestizaje. Otro no menos importante, la información que se tenía en el resto del mundo sobre la naturaleza del régimen.

El régimen de exclusión se superó en Sudáfrica imponiendo la democracia, el derecho de todos los ciudadanos a elegir a los gobernantes y la igualdad ante la ley. En Colombia es exactamente lo que los comunistas quieren abolir, y han abolido gracias al embeleso de las mayorías con un caudillo que sólo está pendiente de defender su gobierno y su buena imagen, y que le abrió el camino al Atila que destruye la democracia.

Se equivoca fatalmente el señor Mackenzie. Lo que las FARC representan es la resistencia de los criollos ante la democracia. De ahí que todos los sectores sociales privilegiados y parasitarios sean entusiastas de la "paz" consistente en premiar sus crímenes. El régimen de Apartheid tradicional no se superará con la negociación sino que se reforzará, como ocurrió en 1991 con la multiplicación del gasto público, la concentración del poder en la autoridad judicial (no elegida), la "acción de tutela", el delito político y demás disposiciones incompatibles con el sistema democrático. El bando de las FARC es el de los "blancos" dueños de todo, pero la lealtad que ese viejo orden despierta es tan grande que nadie quiere verlo.

(Publicado en el blog País Bizarro el 29 de septiembre de 2012.)

lunes, enero 07, 2013

Cuidado con Mambrú



Experiencias compartidas
Jorge Luis Borges contaba que había hecho amistad con un monje zen, con el que hablaba de muchas cosas. Ese monje había experimentado la iluminación, pero le dijo a Borges que de eso no podría hablar con él. Con otro monje que también la había experimentado, podía hablar, pero con Borges no. Y Borges concluye que sólo podemos hablar con otras personas si tenemos con ellas experiencias compartidas. Es un problema que siempre tengo con los colombianos, muy pocos podrían saber lo que es estar más de diez años sin oír hablar nunca a un político colombiano ni leer un periódico colombiano y de repente re-conocer esos prodigios. La sensación es estremecedora, es muy estúpido suponer que hay guerrillas secuestrando o bandas mafiosas terribles como algo ajeno a la sociedad cuando la mayoría de esos colombianos a los que los demás eligen como sus representantes, y no hay excusa porque no han ganado otros las curules, son unos canallas desvergonzados y todo lo que dicen es mentira y en cuanto abren la boca es evidente que sólo están pensando en sus componendas y negocios, y hablando del interés común parecen una banda de presidiarios disfrazados de hermanitas de la caridad. Lo primero que hay que saber es que eso no ocurre en un país europeo, pero es algo que todos los colombianos niegan: se vuelve incomunicable, no hay experiencias compartidas. Creo recordar que Borges ponía el ejemplo de una naranja: prueben a explicarle el sabor de una fruta a alguien que la desconoce. Eso es oír a un político o periodista colombiano cuando se ha vivido inmerso en otro ambiente.

Orgía de paz
La ocurrencia de Santos de abrir un proceso negociador con las FARC despertó el entusiasmo de los políticos habituales, de los periodistas, de los altos funcionarios de todo tipo... Parece que ante la emergencia de unos nuevos poderosos, capaces de disponer de miles de millones de dólares, la misma clase de personas que le batían la cola a Pablo Escobar se apresuran a levantar la cabeza para que los vean y la chusma asiste expectante a ver por dónde sale algún contacto, alguna palanca, alguna vieja credencial de revolucionarios, algún pariente comunista... que permita sacar partido de la nueva situación. La profunda degradación que todo eso comporta, la evidencia de que se trata de verdaderos criminales, no sólo los jefes terroristas sino las inagotables cohortes de lambones que se preparan para servirles, es algo incomunicable para los colombianos, que hasta ahora ni siquiera en las redes sociales muestran un descontento significativo. Verdaderamente esos canallas los representan, pero no lo pueden entender porque creen que el mundo fue creado lleno de armonía y vino algún consentido rebelde a echarlo todo a perder. Es decir, cuando no se entusiasman con Pablo Escobar, y todavía hay muchísimos que expresan su admiración por el finado, siempre son impotentes para resistir a los que sirven a poderes criminales. La "paz" de Santos es la expresión de ese aspecto profundo de los colombianos, no porque la apoyen todos, ni mucho menos, sino porque prácticamente ninguno hará nada para resistir a los malhechores que la promueven.

Leche negra del alba
Lo que ha significado el santismo es sólo eso, el ascenso y legitimación de los terroristas al precio de un ruido incesante que acalla toda resistencia y se hace tragar al consumidor de medios de comunicación. Es imposible no recordar, al pensar en esa orgía de propaganda de los criminales, los estremecedores versos de Paul Celan sobre los campos de concentración:
Leche negra del alba, la bebemos a la tarde
la bebemos al mediodía y a la mañana,
la bebemos a la noche,
bebemos y bebemos
[...] 
Es la descripción precisa de eso que aturde en la propaganda obsesiva de los medios para convertir a los asesinos, mutiladores y secuestradores en agentes políticos legítimos toda vez que ahora conviene a las camarillas de dueños de los medios y a sus inagotables cohortes de lambones, cosa que tampoco se ve en ningún país civilizado, y que ciertamente los colombianos siempre negarán.

Un sencillo ejemplo
En un programa de televisión invitaron a tres senadores y a un periodista a un coloquio de más de una hora sobre la "paz", y lo que más me impresiona es la idea de que alguien haya visto todo el coloquio. ¿Cómo se puede soportar tanta mentira y tanta desfachatez criminal? Yo sólo he visto tres minutos y tengo ganas de pedir auxilio: es algo incomunicable. Sólo las personas de un país en el que uno de cada mil habitantes ha sido secuestrado pueden ser tan ajenas a la noción de verdad que ven eso durante una hora y no vomitan. Vamos a fijarnos en lo que dicen en esos tres minutos.




Tras el moderador habla Herbin Hoyos, un angelito al que las FARC siempre intentaban matar con tan mala suerte, o tan buena, que siempre se les escapaba hasta que consiguió vivir en el exterior a costa de los colombianos manteniendo el contacto de los secuestrados con sus familiares, que son los únicos que pueden devolverles la libertad. Espero que me entiendan, pero la verdad es que en Twitter se conoce mucha gente y es evidente que no me entenderán. Quiero decir que el angelino colabora con los terroristas y su programa es un medio sutil de cobrar los secuestros. La entrevista que le hizo a alias el Cabezón dentro de la infame campaña pagada por los terroristas para dejar impune a Sigifredo López deja ver quién es, pero estos minutos de tierna reflexión son también muy elocuentes.
A Juan Manuel Santos lo llevó a la presidencia el trampolín de la seguridad democrática, o sea,  a Juan Manuel Santos lo elige el país pensando en que iba a continuar esa misma política de Uribe. Cambia las reglas de juego, pero dentro de la estrategia que maneja Juan Manuel Santos, esto le está funcionando. Hasta el momento esto le está funcionando. Es una estrategia, yo no lo veo como otra cosa más que un juego estratégico y como lo dice el senador Velasco, está haciendo una apuesta inteligente que le va a dar un resultado, por sí o por no, le va a dar un resultado que no le está costando lo que nos costó el Caguán en su momento. Pero ¿qué es importante de entender? Yo insisto, ¿estamos preparados nosotros, como sociedad? Ellos no tienen nada, es que la guerrilla, los que son narcotraficantes, los que tienen el poder del narcotráfico son los comandantes, la base; de los nueve mil quinientos, ochocientos tienen poder económico, los otros tienen el plato que se comen cada día, no tienen más... 
[En ese momento dice el senador Juan Fernando Velasco] "A ellos también les conviene la paz". 

[Y sigue Herbin Hoyos]: Claro, ésos son los que más les conviene. Déjeme yo termino una cosa. Sobre todo, entender que vendrá a partir de este proceso de paz también un proceso de establecimiento de verdad. La parapolítica nos dejó un ejemplo. Entonces viene la parapolítica... tema de víctimas, tema de verdad...
¿Ven que es complicado? Conviene oírlo muchas veces y más bien leerlo ya que está transcrito, porque todo lo que importa se va dando como sobreentendido y como noticia divertida y en horas y horas de propaganda no hay quien quiera pensar en lo que realmente le están diciendo.

De modo que Santos sube por la seguridad democrática pero después cambia las reglas de juego. ¿Eso es posible en una democracia? ¿Qué es democracia? Es incomunicable, como ya expliqué. La democracia representativa se basa en el hecho de que los políticos van a aplicar lo que le dicen a la gente, si no lo hacen, no hay democracia. Pero para Herbin Hoyos, no importa, pasa por encima de eso, porque le está yendo muy bien. Y tiene razón, a Herbin Hoyos también le está yendo muy bien. Supongamos que la extorsión a las FARC les dejara en 2009 mil millones de dólares, se puede apostar a que ahora les deja cinco veces más. ¿A cuántos militares y policías mataron en la primera mitad de 2009? En la de 2012, muchas veces más. Herbin Hoyos sin duda ya estará asegurándose un patrimonio. A Santos le está yendo muy bien.

¿Cómo se puede comparar un proceso como el Caguán que duró casi cuatro años con algo que lleva oficialmente unas semanas? Con toda certeza, el  hecho de aliarse con los terroristas derrotados no era la situación en 1998, conducirá a muchísimas más muertes y a muchísima más opresión que el Caguán, pero un rentista del secuestro como este "periodista" no vacila en comparar una cosa con otra porque su público no se escandaliza. Todos los días me encuentro en Twitter con gente que cree que los corruptos y los terroristas son ajenos a Colombia, pero son los que expresan al país. Las cuentas con que salen a matar gente para hacer justicia corresponden a la mala fe que observa casi cada colombiano respecto de todo. Aquí hay un ejemplo.

El típico lenguaje manipulador, la gente sencilla se echa para atrás ante palabras que suenan al acervo de los de arriba. Claro que lo de Santos es una estrategia, pero es una estrategia criminal. También es muy inteligente, pero nadie piensa que los criminales son necesariamente tontos.

El cuento de los guerrilleros que no tienen nada ni manejan negocios es otra mentira, con la que introducen la burda falacia de la paz. Claro que los peones de la industria de la muerte quisieran no estar expuestos a sufrir heridas, prisión o muerte, pero ¿quién ha dicho que la componenda de Santos con  los jefes va a traerles paz? Por el contrario, tienen muchísimo más trabajo que antes matando gente, sembrando minas, extorsionando y reclutando niños. La paz que necesita esa gente es la desmovilización, con una disposición de la sociedad a ser generosa y perdonar, sobre todo porque los grandes responsables son parientes de Santos.

Perdón por recordar lo de las experiencias compartidas. Los colombiano no lo entienden. Siempre está uno como explicando el sabor de una fruta desconocida. ¿Nadie ve que Santos se alía con los jefes terroristas para arreglar el país con ellos y este "periodista" dice que ellos son los que tienen dinero pero que los otros pobres apenas tienen para comer? Pues a los criminales debería combatirlos y a los humildes desmovilizarlos. Es decir, el pretexto es otra mentira, otra de tantas. Como los jefes terroristas son ricos por la cocaína, se los premia y de repente eso resulta beneficioso para los que sólo tienen la comida del día siguiente. Ni hablar del afán de inflar el volumen de la tropa, es otro encargo que cumple el angelino.

Pero creo que hace falta un sentido mínimo de rectitud para entenderlo.

¿Qué tal lo de la parapolítica? Se trata de las burdas promesas de los propagandistas, que es lo que se experimenta hoy en día y es irresistible por parte de los profesionales de la figuración. ¿Cuánto invierten Santos y Chávez en esa propaganda? La parapolítica fue una persecución política emprendida por la CSJ y los socios del terrorismo en el poder judicial por mucho que entre los caídos haya verdaderos socios de actividades criminales de las AUC. No los persiguen por eso porque sobre el propio Juan Manuel Santos hay más pruebas de relación con las AUC que sobre muchos de los presos. ¿Alguien cree que ese poder judicial que es parte de la trama terrorista va a empezar a buscar la verdad sobre los cientos de miles de crímenes de las FARC? Como si fueran idiotas para negociar cuando el gobierno los necesita para formar mayorías y de hecho ya son los amos del poder judicial. ¿O alguien ha oído hablar del asesinato de José Raquel Mercado o Gloria Lara o el interés que pueda haber por esclarecerlos?

Ese personaje da asco. Mucho más que los secuestradores y asesinos porque de todos modos es responsable de sus crímenes pero además los favorece con las mentiras más descaradas.

Pero el senador Velasco le gana. Vaya por delante que a ese noble corazón pacifista le hicieron un montaje como el de Sigifredo López y la misma Corte Suprema de Justicia lo encarceló por parapolítica en 2008. Copio de la Wikipedia:
Velasco se entregó a las autoridades el 31 de marzo de 2008 después de que la Corte Suprema de Justicia dictara medida de aseguramiento en su contra por el delito de cohecho en favor de las Autodefensas Unidas de Colombia, también se le investiga por supuestos vínculos con las FARC.
Claro que debemos recordar la presunción de inocencia, lo que pasa es que lo que dice es TAN perverso, tan asqueroso, tan colombiano, que el hecho de tener contactos con las AUC y con las FARC no resulta mucho peor. Sobre lo que uno no sabe observa la presunción de inocencia, sobre lo que sabe, sobre lo que ve... Es más difícil.
Mire, aquí hay dos visiones del mundo, la visión que he llamado la visión de Mambrú. Que Mambrú, Mambrú se fue a la guerra, qué dolor, y sólo piensa en la guerra y la guerra y la guerra... Y la guerra ¿para qué? Uno no va a la guerra simplemente por la guerra, uno va a la guerra para darle seguridad a los ciudadanos, para encontrar la paz, pero si simplemente sale con esa respuesta de que toda la respuesta tiene que ser como Mambrú, Mambrú se va a la guerra, y está la visión de Santos que dice "tengo una visión integral y yo he combatido pero buscando la paz, y si tengo la posibilidad de buscar esa paz o de encontrar esa paz en una salida negociada lo hago", es que es una obligación de presidente, es una obligación de ser humano...
Perdón, otra vez ese problema de incomunicabilidad. Figúrense cualquier otro país, sobre todo un país tranquilo. Siempre puede haber quien robe o mate o secuestre o extorsione. Las autoridades salen a capturarlo para aplicar la ley. ¡Ésa es la visión de Mambrú! El hombre no tiene ningún problema en decir eso en la televisión porque a nadie se le ocurre que a los colombianos se les deba mostrar respeto. ¿Cómo tiene  uno forma de encontrar la paz con quienes han asesinado a cientos de miles de personas y siguen haciéndolo? ¿Cuál paz? En ninguna parte es concebible siquiera la idea de hacer la paz con los delincuentes. La idea de la paz con los delincuentes es la abolición de la ley y no existe ningún país que la conciba aparte de Colombia. Pero el hombre no vacila en proclamar que es una obligación de presidente, de ser humano...

Casualmente el senador es del mismo grupo de Ernesto Samper, Piedad Córdoba, Sigifredo López, Martha Catalina Daniels y un largo etcétera de benefactores de la humanidad que ahora aportan la paz a los colombianos porque es una obligación de ser humanos. ¿Cómo hay que decir que es imposible comunicarse con los colombianos? Esa máscara idiota de convertir la persecución del crimen en "guerra" que se soluciona con la "paz" es la retórica de la prensa desde hace varias décadas, pero ¡el problema de la mala fe es que desorienta a tal punto que el mentiroso termina siendo víctima de engaño! De tan vivos que son, los colombianos no se detienen a evaluar el sentido de las palabras y "compran" un absurdo criminal como ése, que proclama un criminal con el claro interés de favorecer el crimen. ¿Qué viene a ser tener negocios con las AUC o con las FARC frente a la disposición a mentir de ese modo? El señor Velasco es hijo de un congresista y a lo mejor en muchas generaciones han vivido de esa clase de gracietas. Es algo típico de Colombia el desprecio de los de arriba a la gente, el desprecio del criollo a los indios y mestizos a los que esclavizaba. Tanto las guerrillas como las mentiras de estos canallas son parte de ese desprecio, pero los colombianos sólo aspiran a estar entre los despreciadores.

Me ahorro, y sobre todo le ahorro al lector, cualquier comentario sobre el genial análisis de Alejandra Moreno Piraquive, muestra del poder de los sobornos de Santos y de la altura de MIRAS de la dama. Pero el líder cívico que organiza una manifestación el 8 de octubre vuelve a intervenir:
La guerra es una proyección de la política y como entendiendo que la guerra es una proyección de la política, cuando se llega a la guerra es porque se falla en la acción política. Si entendimos ya que fallamos en la guerra porque no pudimos modificar la política pues volvemos a la política para cambiar la guerra, y estamos en esa fase, y a esa fase es a la que hay que apostarle. Lo que sí es importante entender nosotros como sociedad, que a partir de ahora va a venir más sangre, que muchos podemos, hasta nosotros mismos podemos ser las víctimas de esa sangre, que hay que apostarle para llegar a ese proceso de paz, yo aquí estaba respondiendo un mensaje de una familia de un secuestrado que dice "No importa lo que se haga, nosotros somos víctimas y estamos dispuestos a poner ya nuestras víctimas como parte de esa cuota, hay que preguntarnos...
En el aserto "la guerra es una proyección de la política" se van legitimando las FARC porque ¿de modo que si un grupo de criminales financiados con dinero soviético intentan fundar zonas de control territorial propio ajeno a las leyes colombianas, los demás ciudadanos o la política son responsables de eso? No, lo que llaman "guerra" sólo es CRIMEN, y no es el resultado de nada que ocurra en la política de lo que los ciudadanos sean responsables sino una agresión de unos criminales, que no tienen ninguna legitimidad. Las acciones de esos asesinos no son proyección de la política, eso es jerga engañosa para legitimar a los terroristas.

Pero ciertamente lo más sabroso es el anuncio de que vienen más muertos y nadie debe molestarse. Lo he copiado para que el que dude lo vuelva a leer y lo intente entender. No tengo ninguna esperanza, porque harían falta colombianos de buena fe, que es como un papelito que vi en una cartelera en Bogotá: "Costeño trabajador busca pereirana virgen". ¿Se dan cuenta de que si los matan a ustedes, a sus hijos, deben tomárselo con calma porque al final viene la paz. No, no se dan cuenta, son colombianos, a lo mejor son uribistas y acompañarán a Herbin Hoyos, que es el que organiza una marcha de las víctimas el 8 de octubre.

Cuando el moderador se despide todavía llega el senador Velasco con una última diatriba:
Y recuerde, la guerra es el fracaso de la política y yo no quiero ser parte de una generación de fracasados que no fueron capaces de hacer la paz.
INCOMUNICABLE. ¿Cuántas mentiras hay en esa coda del prócer? Guerra: toda la vida de las sociedades humanas es "guerra" para imponer las leyes. En todos los países el gobierno promete hacer la guerra al crimen. Sólo en Colombia se proponen aliarse con los criminales. Bueno, ya les he dicho qué clase de humanista es este senador. Si a alguien se le ocurre salir a matar gente para tomar el poder político, no será culpa de nadie más. Sólo que a veces consigue suficiente dinero con sus crímenes y puede comprarlos a todos, y servir de modelo a una sociedad tan inmoral, tan ciega a la razón que no es propiamente humana.

(Publicado en el blog País Bizarro el 27 de septiembre de 2012.)

jueves, enero 03, 2013

Tiempo de paz


La componenda de Santos con las FARC avanza en tres frentes: uno es el de la expansión terrorista propiamente dicha, con más extorsión cada vez, con más control territorial de las FARC y más retroceso de la fuerza pública. Otro es la persecución criminal contra todo el que pueda incomodar a los socios que hacen la "paz", como la reciente campaña de intimidación y censura contra José Obdulio Gaviria por una licencia literaria que si bien es una ligereza retrata con acierto el ambiente que tiene que darse entre los Jaramillo que negocian, cuyos enemigos no son los que siguen extorsionando, reclutando niños, sembrando minas y matando gente, sino los que no quieren dejarse gobernar por ellos, o la aún más sucia campaña de calumnias contra el excomisionado Luis Carlos Restrepo, basadas en dedicar los recursos públicos de los bogotanos para que un colaborador de las FARC como Holman Morris lleve a un asesino que tiene poco que perder y mucho que ganar divulgando absurdidades que sólo pueden creer los partidarios de las FARC pero que confunden a mucha gente que cree lo que sale en la televisión, y tratándose de Colombia, que atribuye cualquier intención criminal a cualquiera que pueda despertar envidia.

El otro frente, en apariencia inofensivo pero aún más perverso, es la propaganda pacifista, dedicada a legitimar a las FARC y a deslegitimar cualquier resistencia a su avance. ¿Qué puede significar "reconciliación"? ¿Las personas mutiladas por las minas, que se cuentan por miles, van a abrazarse con los intelectuales de la Universidad Nacional que encargaron sembrarlas? ¿Se han dedicado los colombianos a agredir a los comunistas y ahora deben pedirles perdón, como pretenden los terroristas? ¿Qué tiempo de paz es uno en el que los asesinatos siguen igual y sencillamente los asesinos obtienen poder para perseguir a quienes les incomodan y para lavar las decenas de miles de millones de dólares que han obtenido extorsionando a los colombianos, con muchísima frecuencia recurriendo al secuestro, y traficando con cocaína?

Todos los estudiosos del totalitarismo coinciden en que su rasgo principal es la corrupción del lenguaje. Lo que se está consumando en Cuba no es la paz sino un atraco, y la máquina de propaganda sólo corresponde a la extracción de la billetera, gesto que acompaña a la caricia del filo del puñal en el cuello. El hecho de que semejante monstruosidad no tenga ninguna respuesta es sólo muestra de la condición servil de los colombianos.

El divertido consumo de esa droga, la adormidera que los idiotiza pensando que olvidando a las víctimas, no sólo a las pasadas y presentes sino a las futuras obtienen comodidad, es algo que los colombianos pagarán carísimo. Y francamente no vale la pena compadecerlos. Se lo han buscado. En más de dos años de complicidad del gobierno con los terroristas no han sido capaces de mostrar la menor resistencia.

(Publicado en el blog País Bizarro el 22 de septiembre de 2012.)