sábado, marzo 24, 2012

Teorías de conspiración

Con mucha frecuencia, las denuncias sobre intrigas y maquinaciones de las camarillas dueñas del poder en Colombia se describen como "teorías de conspiración". Es la cultura del país: la pereza de investigar algo lleva a descalificar con cualquier exabrupto todo lo que no conviene a los prejuicios arraigados.

Lógicamente, la descalificación de las sospechas sobre tales maquinaciones corre por cuenta de los mismos que las promueven, como ocurre con los redactores de los periódicos. Siendo los propietarios de éstos el mismo grupo que manipula la política y el poder judicial, no es raro que no quieran que se sepa lo que se cuece por detrás de las noticias publicadas.

De modo que allá vamos a proponer al lector dudas que a muchos les parecerán "teorías de conspiración". La primera tiene que ver con las campañas electorales de David Luna, Gina Parody y Carlos Fernando Galán, sobre la cual versó una entrada reciente de Jaime Restrepo Vásquez. ¿Qué explicación tiene ese gasto de fortunas fabulosas para una causa perdida? ¿Es demasiado delirante suponer que se trataba de impedir que los votantes resultaran polarizados entre el amigo de Chávez y el candidato al que apoyaba Uribe porque eso podría conducir al fracaso del primero?

Es muy interesante prestar atención no tanto a ese hecho cuanto a las reacciones que suscita: los medios crean una realidad en la que todo eso es "normal" y el ciudadano debe plantearse votar como si fuera la interpretación de su personalidad y no la designación de un solo candidato entre varios. Del mismo modo, el misterio de los miles de millones despilfarrados de tal modo nunca aparece en la prensa y sólo merece expresiones de desprecio por parte de quienes tienen poder gracias al statu quo imperante.

En todo ese juego desempeña un papel fundamental el ex alcalde Antanas Mockus, cuya trayectoria merece la máxima atención, porque detrás de la retórica antipolítica, de la moralina, del galimatías pseudofilosófico y de la espectacularidad del histrión lo que hay es la labor de un agente de potencias que se mantienen relativamente en la sombra.

También Jaime Restrepo Vásquez señaló que tras su nombramiento como rector de la Universidad Nacional por César Gaviria Mockus llegó a la alcaldía de Bogotá, donde dio entrada a los Nule, cuyas relaciones con el Estado datan del nombramiento de un pariente suyo como ministro de minas por el mismo presidente. La última candidatura presidencial de Mockus arroja muchas luces sobre la clase de lealtades que tiene en el mundo de la política. Pero antes conviene detenerse en la ruptura del Partido Verde. ¿Qué habría pasado si Uribe decidiera apoyar a un candidato propio a la Alcaldía? ¿Estaría en tal caso Mockus en el bando de Peñalosa para que fuera alcalde y su grupo se consolidara como entidad política con futuro? Más bien parece que la adhesión de Uribe le sirvió como pretexto para servir al juego de su mentor.

Pero antes de eso fue candidato presidencial, y antes activista equívoco que participó en la marcha de desagravio a las FARC del 6 de marzo de 2008.



Resulta muy curioso, muy "conspirativo" que el magno humanista no pudiera tolerar el apoyo de Uribe al candidato de su partido pero sí participara sin problemas en una marcha convocada por Iván Cepeda. Su recurso fue un viejo estribillo de la propaganda terrorista: la equiparación entre los terroristas y quienes los persiguen, entre cometer secuestros y tratar de impedirlos.

Pero hay algo más llamativo alrededor de Mockus, en cuya campaña presidencial tomaron parte los herederos de Carlos Gaviria y numerosos legitimadores del terrorismo: su relación con la "analista" Claudia López, "investigadora" de la Corporación Nuevo Arco Iris con gran incidencia en temas de parapolítica. No hay que olvidar que dicha "corporación" es el nombre que adquirió la Corriente de Renovación Socialista, una rama del ELN que pasó a la legalidad gracias a la generosidad del mismo gobierno de César Gaviria que premió a Pablo Escobar y a sus socios del M-19 con una Constitución.

Antes del intento de explotar los presuntos asesinatos de inocentes por miembros de la fuerza pública como tema de su campaña electoral, Mockus formó parte de una campaña de reparto de una tarjeta de navidad relacionada con dichos crímenes. No está de más recordarlo y recordar la página, donde se puede ver esta belleza de video en el que presentan a Juan Manuel Santos declarando que los asesinatos son una política del gobierno (a partir del minuto 1.10; para que vean cuál es el rigor de esta gentecita).


Es un buen ejemplo de la clase de moralidad del personaje. Pero ¿quiénes lo acompañaban en tan noble tarea? La mencionada filántropa y otro prócer muy ligado a César Gaviria, Rudolf Hommes, que fue ministro de Hacienda de su gobierno. Para no volver a aludir a él conviene recordar que en la campaña electoral de 2010 se destacó por "repetir subliminalmente las amenazas de Chávez" como lo señaló el columnista de El Espectador Luis Carvajal Basto. Dichas amenazas concernían a la posibilidad de desatar una guerra contra Colombia si el elegido era el mismo Santos. Aquí está el artículo de Hommes y aquí un comentario al respecto.

Claro que la "analista" no sólo colabora con las campañas de Mockus y la Corporación Nuevo Arco Iris, sino que también acompañaba a Iván Cepeda cuando montaron una violenta asonada contra el ex senador Mario Uribe, que intentaba asilarse en la embajada de Costa Rica. No es raro que en su despedida salieran fotografiados todos los benefactores de la humanidad que han perseguido con saña indescriptible, apoyados por los dueños de los medios, que son los mismos clanes dueños de los puestos y recursos públicos, al presidente Uribe y sus funcionarios.


No es en definitiva misteriosa la "curiosa variación del filántropo" que prefiere contribuir al triunfo de Petro —que fue quien le recomendó dedicarse a la política—, pese a que para el nuevo alcalde la vida humana no es tan sagrada, a la consolidación del partido por el que fue candidato presidencial en 2010. Tampoco su posterior unión con la candidata Parody, que según rumores que todo el mundo repite pero nadie publica, salió del uribismo por tener una amistad especial con la analista. (Mucho me temo que la filántropa taurina salió del país para que los rumores no afectaran la aspiración de su amiga.)

Digan lo que quieran de las teorías de conspiración. Yo incluso podría asegurar que detrás de la carrera de Petro hay algún agente poderoso que le consiguió una beca en el Externado de Colombia cuando era sólo un adolescente. A fin de cuentas, en el surgimiento de las FARC y el ELN tuvo su papel el entonces delfín Alfonso López Michelsen, y en el del M-19 el Hermano Mayor del actual presidente (pero ésa es otra historia). Las camarillas del poder maquinan en la sombra, por mucho que haya quien lo ponga en duda, que curiosamente será quien aceptará que los criminales de la foto de arriba son "defensores de derechos humanos", como los presenta la prensa. No es raro leer perlas como ésta, de un antiguo compañero de fatigas de Petro:
Al final de la guerra, cuando regresé a mi tierra con la buena nueva de la paz, Pedro Bonett, el abogado del Grupo Santo Domingo, imagino que con el beneplácito del "jefe invisible", nos acompañó en el periplo de la política como senador de la bancada del M-19. Empresario, visionario, innovador, tolerante, como el más grande entre los grandes.
Eso sí, dudo muchísimo que tan poderosos amos le hayan conseguido a Petro un diploma de doctorado de la Universidad de Salamanca, como figura en su biografía. Con su ortografía es muy dudoso que hubiera aprobado los cursos de la escuela secundaria en la provincia de Salamanca.


(Publicado en el blog Atrabilioso el 1.º de noviembre de 2011.)